
Curiososamente, lo pude comprobar en una foto que tomé a distancia y que vi ya por la tarde, el celular quedó justo abajo del carro, por lo que alguien lo notó y en lugar de tomarlo y avisar que el celular estaba ahí, o que se yo, simplemente marcar un número y pensar en devolverlo, prefirió apagarlo.
Así que, cuando me fui del lugar y volvú minutos después con la seguridad que ahí se cayó, ya no había ni rastro, seguí marcando y nada, mensaje de texto y nada, por ahí de las seis de la tarde me di por vencido y vi la foto donde el cel está justo debajo de mi auto... Ni que decir, los descuidos se pagan.
Gracias a Ana, mi esposa que me lo regaló, lo siento bebé, me duele perderlo.
Gracias a Miguel Chávez, Rossy y Héctor, cada quien puso su grano de arena para que la perdida fuera menos dolorosa. Recuperé mi número solamente, ya es ganancia, el aparato, que le aproveche a quien decidió ROBARLO.

Lamentable que haya gente deshonesta, lamentable que haya descuidos...
Y la influenza? Ya ni me acordaba...
Isidro.
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